Ernesto Guzmán
1877-1960
¡Y soy como una torre que culmina su ascensión en un ángelus callado, porque no puede contener más tiempo su fatiga de Dios que la levanta! Fragmento de Fiesta en el Camino.
Ernesto A. Guzmán fue un destacado poeta y profesor chileno de los primeros años del siglo XX. Originario de la provincia de Ñuble, nació en la ciudad de Bulnes, en el año 1877. En esta localidad crecería junto a sus padres, doña Delfina Guzmán y don Horacio Guzmán.
Siendo aún joven, Guzmán se traslada a vivir a Santiago para completar sus estudios superiores en el Instituto Pedagógico, graduándose de la asignatura de castellano y obteniendo su título de profesor; tarea que desarrolló por largo tiempo, paralelamente, a su prolífera creación literaria.
De su labor como educador, no hay mucha información de todos los establecimientos en los que ejerció su profesión, sólo se conoce su trayectoria de veinte años en el Liceo Barros Borgoña. En dicho establecimiento, ingresó como reemplazo de la cátedra de castellano de Pedro Aguirre Cerda y, posteriormente, fue nombrado director, en 1928.
La existencia de una entrevista realizada a uno de sus alumnos del Liceo, revela aspectos significativos de su desempeño en las aulas. El agradecido alumno, Dr. Sáez, da cuenta de su calidad humana, profesional e intelectual, expresando: “yo fui alumno de don Ernesto Guzmán y, en esos años, soñaba ser como él, un gran profesor y un gran poeta con dotes excepcionales de artista y de filosofo. Él era muy severo en sus notas y calificaciones. Sin embargo, yo conservo como un tesoro, mis papeletas de promoción, pues en mi caso fue muy generoso”.
Los particularidades de su personalidad, huraña y ausente y su decisión de vivir, siempre, de forma retirada y modesta, lo alejaron de la agitada sociedad santiaguina de la época. Tal condicionante, podría ser la razón de que el poeta fue poco comentado y reconocido en su tiempo.
Pese a lo anterior, Ernesto A. Guzmán se relaciona con importantes figuras de renombre nacional e internacional, destacándose entre ellas, la estrecha amistad que mantuvo con Miguel de Unamuno –escritor y filósofo español, conocido a nivel mundial por su obra Niebla-. Unamuno aconseja y aprecia la búsqueda de la verdad que se manifiesta en las creaciones del poeta chileno. Además, lo impulsa a mantenerse en esta línea, conservando el verso libre y flexible de sus escritos.
Portadas. Gentileza Origo Editores
A comienzos del año 1914, fue invitado por sus amigos Pedro Prado y Manuel Magallanes Moure a formar parte del grupo Los Diez, una agrupación de artistas que pretendía aportar a la cultura del país. Dos años más tarde, crearon una revista de circulación nacional que pretendía ser el portavoz de los que artistas chilenos que se dedicasen a producir obras de gran calidad.
Fue en los años de la revista Los Diez, donde Ernesto A. Guzmán publicó algunas de sus obras: Nuestra voz y La Fiesta del Camino. Aunque, su papel principal fue como crítico literario, rol que deja entre ver, el compromiso que el grupo tenía con el avance cultural de Chile. En palabras propias Guzmán, expresa: “somos hombres de nuestros tiempo; vivimos con las ideas y con los sentimientos de la época; nos movemos en el ambiente actual de una renovación de tendencias artísticas; no podemos abandonar el contacto con este momento de la vida, en el que nos ha tocado actuar”.
Su crítica ácida y precisa, no deja espacio para objeciones, dejando en claro que odia la populachería, la gente inculta, los neófitos del arte y las discusiones literarias.
Con respecto al carácter de su obra, los poemas de Guzmán son de composición libre, sin las trabas que impone la métrica. Se adentra en el alma, en la belleza de esta, sin envolturas, con suavidad, armonía y serenidad. Para algunos críticos de la época, el parecido con Miguel de Unamuno era irrefutable, “Un fraude para la obra lirica del novelista español”.
A pesar de las acusaciones, Unamuno siguió colaborando con su amigo, e incluso escribe los prólogos para 3 de sus obras: Los poemas de la Serenidad; Los Paseos; y Conmigo. Todas publicadas, en el año 1914.
Su última composición, El Árbol ilusionado, se publica en el año 1916.
La circulación de la revista Los Diez termina en 1917, desde ese año, no se conocen más escritos del poeta ni de su vida pública.
Ernesto A. Guzmán fallece en la ciudad de Santiago, en el año 1960. Se desconocen aspectos de su vida privada como su descendencia.
Dentro de sus obras, mencionamos:
Su primera obra, Albores, año 1902.
En Pos, 1906
Vida Interna, 1902. Su prólogo fue escrito por Pedro Prado.
Los Poemas de la Serenidad; Los Paseos; y, Conmigo del año 1914. Prólogos de Miguel de Unamuno.
Los Compañeros; 1916.
Los Regocijos, 1916.
Al Llegar, 1916.
La Fiesta del Camino, 1916.
El Árbol Ilusionado, 1916.