Nuestros Horarios: Ya estamos de regreso

Cuando has escuchado o lees sobre patrimonio, te encuentras con dos conceptos que forman parte de este gran concepto anterior, lo cual también son disciplinas que llevan a cabo una minuciosa tarea en recintos o edificios históricos y en piezas arqueológicas.

Conservar

La conservación: se caracteriza por ser un procedimiento cuyo principio es no intervenir directamente el objeto, sino que mantener su perdurabilidad considerando su materialidad y los factores externos que puedan influir en éste.

La conservación aplica para los bienes culturales tangibles, para que sean físicamente estables, y la labor del conservador consiste en que éstos vienes perduren en el tiempo de manera que las futuras generaciones, los utilicen como una herramienta tangible que los ayude a comprender la historia a través de ellos, justificando  dichos objetos cómo  indispensables para el entendimiento y valorización de nuestro pasado.

 

Restaurar

La Restauración en cambio, consta de procedimientos de intervención directa sobre el objeto, que se consideran necesarios para que se mantenga estable, perdure y sea visualmente entendido. Luego de un acucioso estudio del origen y materialidad, en conjunto con una serie de criterios previos de valor histórico y, o material se aplican los criterios de restauración en casos absolutamente necesarios. la intervención directa sobre el objeto  tratará de devolverle su estabilidad, o reconstituirlo respetando su estructura inicial para un entendimiento global de éste, considerando su valor histórico. La utilización de los materiales adecuados en restauración debe considerar que sea compatible con los materiales originales y que también se pueda remover mas adelante sin dejar huella teniendo en cuenta posibles intervenciones futuras con investigaciones más actualizadas.

Entonces, recurrimos a ésta medida al agotar todos los métodos previos de conservación posibles considerando además del valor histórico, que la pieza o monumento sea de un carácter inestable en su deterioro y  que en el futuro que no permita su lectura o entendimiento. Solo entonces se justifica una restauración, ya que implica intervenir directamente la estructura física del objeto sin aplicar criterios artísticos propios del  restaurador.

Hoy la restauración no se considera como un método primario para la preservación de un objeto, si no que se utiliza la conservación, ya que ésta busca mediante un estudio previo de materialidad contemplar los factores de riesgo a los que está expuestos el objeto, manteniendo su estabilidad y evitando o postergando una posible restauración

Conservamos porque entendemos que el valor de los  objetos que resguardamos es testimonio de nuestra historia, por lo que es necesario proponer la toma de medidas pertinentes para asegurar su perdurabilidad en el futuro.

Y tú? Conservas o restauras?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *