Pedro Prado
1886- 1952
“Todos se van y muy pocos vuelven y los que vuelven, no vuelven del todo”.
Cita extraída de Cartas a Manuel Magallanes Moure.
Pintor, poeta y arquitecto chileno. Considerado, por muchos, como un líder literario de la generación de artistas del siglo XX. Fue fuente de admiración y aprendizaje para nuestros premios Nobel de Literatura –Gabriela Mistral y Pablo Neruda-, quienes reconocieron en él a un grande: creador de la poesía libre.
Recordado en el medio artístico por ser un compañero que carecía de envidia y porque, siempre, estaba dispuesto a proporcionar ayuda a sus pares. Además, por ser el creador de movimientos culturales de vanguardia que en el futuro darían las directrices a los artistas del país.
Cuando apenas tenía tan sólo dos años de edad y tras fallecer su madre, doña Laura Calvo Mackenna, queda al cuidado de sus abuelos maternos y de su padre, Absalón Prado Marín -médico cirujano y eximio dibujante-.
Su padre se convierte en un trabajador incansable, preocupado de sus tierras y de su labor como médico, en el hospital San Vicente de Paul. Su hijo interpreta su conducta como una forma de afrontar la muerte temprana de su esposa. Años después, el escritor rememoraría en su autobiografía que la orfandad y la muerte, fueron el despertar de la sensibilidad y de las primeras interrogaciones en su vida”.
Libro Los Diez. Gentileza Origo Editores
Ilustraciones Pedro Prado. Gentileza Origo Editores
Alcino, capítulo 15. Gentileza Origo Editores
Estudia en el Instituto Nacional, destacándose como buen alumno. Finalizando sus humanidades, ingresa a las escuelas de Ingeniería y Leyes de la Universidad de Chile, pero su real interés se encuentra en la arquitectura, donde comenzará sus estudios, en el mismo establecimiento (1907).
Los diversos intereses del joven Prado, lo convertirán en un hombre erudito en distintas disciplinas. Intelectualmente, mostró interés en botánica, zoología, geografía, literatura, historia, entre otras. Y como atleta, se destaca como andinista, experiencia que traspasa a papel, en su obra conocida como “Ascensión a las Montañas”.
En el año 1905, a la edad de 19 años, muere su padre, provocándole una crisis emocional que lo lleva a cuestionarse el objetivo y el sentido de la vida. “Si la pérdida de su madre hirió su subconsciente, la de su padre significó la pérdida de la madre, de un hermano, un amigo y el maestro, todo a la vez”. El impacto del suceso, lo devastó, provocándole un alejamiento de la religión cristiana, la cual, profesaba.
Por un tiempo, se convertirá a la masonería, donde alcanzó el grado de hermano menor. Pero al no encontrar las respuestas a sus interrogantes, también, deja atrás este camino.
Abandona sus estudios para viajar al norte, lugar, que fue la fuente de inspiración de dos de sus obras: “El Pueblo Muerto” y “La Risa en el Desierto”, esta última publicada en el extranjero y traducida en dos idiomas, inglés y alemán.
Posterior a su crisis existencial, el poeta tuvo la intención de convertirse en arquitecto, aunque, no llegó a graduarse. A pesar de no tener su título, los conocimientos adquiridos y su gran talento fueron suficientes para desempeñarse como tal, permitiéndole una fuente económica estable para él y su familia.
Prado, también, tenía una gran habilidad como dibujante y pintor. Aquellas destrezas lo entusiasman a tomar clases de pintura en la Academia de Bellas Artes. En aquel período, tuvo como profesor a Juan Francisco González. Éste se convertirá, rápidamente, en un buen amigo y compañero en la tarea de promover la transformación cultural de Chile, en la década de los años veinte.
En el año 1908, da a conocer su primera obra, “Flores de Cardo”, en la que reúne veinticinco poesías, distribuidas en cinco series. En ella, se refleja el afán de Prado en exponer una poesía de verso libre, basada en el sentimiento y en la intuición, lejos de las reglas académicas. Desde este instante, el poeta rompe con las normas de la retórica en pos de una expresión original, marcando una nueva entrada, y una diferencia entre el modernismo y la nueva poesía chilena.
Finalizando la primera década del siglo XX, conoce a Adriana Jaramillo Bruce, la que se convertirá en su esposa, el 1 de enero de 1910. En esta unión, nacerán 9 hijos. La familia se traslada a una gran casa, en la Chacra de Santa Laura -ubicada en Mapocho- y que, en años venideros, será el centro de encuentro de intelectuales y el Grupo de Los Diez.
La obra de Pedro Prado abarcó diversas disciplinas del arte, tales como: poesía, cuentos, novelas, ensayos, prólogos, discursos, críticas, pintura y escultura. También, fue precursor de movimientos artísticos e, incluso, tuvo una pequeña carrera política.
Paisaje. Gentileza Origo Editores
En 1910, fundó la revista Contemporánea y, al año siguiente, Juventud. En ambas se establece la vanguardia artística de la época, imprimiendo en ellas, un toque de rebeldía y de crítica a la situación de Chile en esos años. En esta labor, Prado trabajó en conjunto con varias personalidades que, posteriormente, lo acompañarán en una de sus más destacadas creaciones, la formación del grupo de Los Diez.
Hacia 1914, Pedro Prado ingresa como ayudante a la conocida oficina de arquitectura de Émile Jéquier, donde conocerá a Julio Bertrand –connotado arquitecto, autor del Palacio de Bruna-, con quien fundan el Grupo de Los Diez. En el despacho comenzarán las reuniones de esta selecta agrupación, compuesta en sus inicios por: Manuel Magallanes Moure, Juan Francisco González, Alberto Ried, Armando Donoso, Ernesto A. Guzmán, Augusto D´Halmar, Acario Cotapos, Alfonso Leng, Eduardo Barrios, Alfonso Leng y Alberto García Guerrero.
El mismo año, publica su obra La Reina de Rapa Nui, novela romántica –mezcla de ficción e historia- que evidencia, también, la vida y costumbres del pueblo de Rapa Nui y el vínculo que existe por esos años con el Estado chileno.
En el año 1916, publica “Ensayos sobre Arquitectura y Poesía”, escrito en el que hace un llamado a tomar conciencia de lo nuestro, a conocer Chile y a hacer un uso adecuado de sus recursos. Paralelamente, Los Diez inician su primer trabajo colectivo, la Revista Los Diez, Ediciones Mensuales de Filosofía, Arte y Literatura.
El proyecto editorial, sólo subsistirá un año, desde septiembre de 1916 a agosto de 1917. Constaba de cuatro revistas, cuyos números eran intercalados con ediciones enfocadas a mostrar la obra de un artista en particular. En la contratapa de la revista, Los Diez dejan en claro las motivaciones de la línea editorial, señalando que “es ser un portavoz, serio y digno de todos los que en chile se dedican, por imperiosa necesidad de espíritu y con nobleza artística, a producir obras de calidad”.
La vida de Pedro Prado –período previo y posterior a Los Diez-, siempre, estuvo marcada por su creación literaria y por la formación de redes sociales, tanto en lo laboral como en el medio artístico, con intelectuales que colaborarían con él, en el desarrollo de todos sus proyectos culturales.
En su círculo de amistades se encontraban personalidades muy destacadas, con las cuales, formará vínculos muy profundos, los llamará hermanos. Entre ellas, destacamos a Gabriela Mistral, quién siendo mujer, también le dará esta valoración. Pese a que la escritora estaba iniciando, recién, su carrera literaria, Prado consideraba su opinión como un aporte, no solo en lo que respecta a sus obras, sino que también, en sus proyectos como la revista de Los Diez.
En septiembre del año 1920, escribe Alsino –novela poética de carácter mágico y onírico- que fue publicada tiempo después. La recepción de la crítica literaria fue muy favorable. El destacado escritor chileno, Manuel Rojas señala que “esta obra es diferente a todo lo realizado anteriormente por Prado, ya que se siente el intenso fervor del naturalismo y criollismo de los años 20”. Más tarde, en 1922, Alfonso Leng inspirado en esta obra, estrenaría su poema sinfónico “La Muerte de Alsino”.
Otro de los ámbitos en que incursionó el poeta fue en la política. Faceta que estaba de forma intrínseca en un principio, a través de las revistas Contemporánea y Juventud, y que, luego, toma más protagonismo en la participación de diferentes congresos estudiantiles de Lima y Buenos Aires, mientras estudiaba arquitectura. En 1927, fue diplomático en Colombia, recibiendo una buena evaluación en su cargo. Sin embargo, al presentar al intervenir en el debate público y presentar su propuesta denominada “Bases para un Nuevo Gobierno y un nuevo Parlamento”, no tuvo el mismo éxito anterior, siendo rechazada por el mundo político de la época.
En el año 1921, fue nombrado director del Museo de Bellas Artes y, también, de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, cargo que mantuvo solo por un año, donde da clases de estética. Y en paralelo, el mismo año, una vez a la semana escribe para el diario La Nación. Tres años más tarde, escribe las últimas creaciones de El Juez Rural (1924).
En la década del treinta, sufre su primer accidente cerebrovascular –conocido, también, como ataque o derrame cerebral-, dejándolo con dificultades para hablar. Estos ataques se repetirán, una y otra vez, causando graves secuelas en el escritor. En 1949, por tercera vez, sobrevive a uno de ellos, pero sus consecuencias son mucho más graves, mengua la vitalidad e independencia física de Prado. Pese a su invalidez, en 1950, es nombrado miembro de la Academia Chilena de Lenguas (en reemplazo de Arturo Alessandri), puesto que rechaza por sus limitaciones para comunicarse.
Con honores, entrando a los 63 años de edad, el 13 de mayo de 1949, es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su amplia trayectoria literaria. Prado es el octavo escritor en recibir este preciado reconocimiento, antes de él, lo habían recibido los siguientes escritores: Augusto D´Halmar, Joaquín Edwards Bello, Mariano Latorre, Pablo Neruda, Eduardo Barrios, Samuel A. Lillo y Ángel Cruchaga Santa María.
Dos años más tarde, el 31 de enero de 1952, un mortífero ataque cerebral produce su fallecimiento. En la ciudad de Viña del Mar, Pedro Prado Calvo yace en compañía de su esposa e hijos. El féretro fue trasladado en caravana a la ciudad de Santiago, brindándole honores y despidiéndolo en un recorrido desde la Universidad de Chile al Cementerio Católico. A sus funerales, asistieron personajes de importancia política, representantes de la escuela de arquitectura de la Universidad de Chile, y algunos de sus queridísimos hermanos decimales.
Alsino. Gentileza Origo Editores
NOVELAS
La Reina de Rapa Nui (1914).
Alsino (1925).
Un juez Rural (1924).
El viaje De Antón Páez (1923).
CUENTOS
Cuadro de estío o el inválido.
Cuando se es pobre
La reina maga.
Luz lunar.
De “La ciudad de los Césares”.
El pueblo muerto.
La risa en el desierto.
POESÍAS
Flores de Cardo (1908).
La casa Abandonada (1912).
El Llamado del Mundo (1913).
Los Pájaros Errantes (1915).
Los Diez (1915).
Las copas (1921).
Karez- I- Roshan (1921).
Androvar (1925).
Camino de las horas (1934).
Otoño en las dunas (1940).
Esta Bella ciudad envenenada (1945).
No más que una rosa (1946).
Viejos poemas inéditos (1949).
Las estancias del amor (1949).
Poemas Inéditos.